07 febrero 2011

¿DE VERDAD SABEMOS VALORAR LA LA BELLEZA?


Este post también lo podría titular: ¿TENEMOS TIEMPO PARA LA BELLEZA? Antes de responderme, leedlo...

"Un hombre se sentó en una estación del metro en Washington y comenzó a tocar el violín en una fría mañana de enero. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach.

Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos. Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música. Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha. Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.

Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.
En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.
Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3,5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.
Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario "The Washington Post" como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas. La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza?, ¿nos detenemos a apreciarla?, ¿reconocemos el talento en un contexto inesperado?.
Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿qué otras cosas nos estaremos perdiendo?"
Ahora, qué me decís?. Sería interesante que esta semana, todos nosotros buscásemos cinco minutos en nuestra apretada agenda para reflexionar sobre este tema. No hace falta ir muy lejos para ver lo bello que nos rodea, sólo hace falta mirar... . Lo intentaréis???. ¡¡¡Feliz semana!!!

6 comentarios:

  1. Yo se que es la belleza, porque cada dia que paso en este mundo s más maravilloso que el anterior.

    ResponderEliminar
  2. me ha dejado pasmada y dolorida...más que reflexionar en esos cinco minutos miremos a nuestro alrededor y si no hay un cielo un campo un cuadro, un trino, una fachada, una flor... sonriamos y busquemos la mira de la gente que nos rodea, con la que nos cruzamos, levantemos la vista del ordenador y seguro que vemos una persona "hermosa" que nos puede aportar muchas cosas, la belleza está en todas partes... maldito tiempo, maldito poco tiempo! (Samarkanda)

    ResponderEliminar
  3. Vale, utilizaré esos 5 minutos como tú dices, pero para buscar otras cosas bellas. Soy afortunado porque solo me hace falta levantar la vista para encontrar una en el más amplio sentido de la palabra.

    ResponderEliminar
  4. ¡Ay del hombre que tiene el campo de sus sueños minado de mujeres hermosas y asesinas!
    A mí, hace tiempo, de su belleza, de su amor, sólo me llegan los ecos de su burla acibarada.
    La amé sin ser bella. La quise sin ser excelsa.La adoré sin ser reina ni princesa, ni siquiera doncella.
    Un día me mostró sus garfios cortesano y me arrancó la piel a jirones.
    La amo porque no puedo odiarla como quisiera.

    ResponderEliminar
  5. Aunque firmes como anónimo, es imposible no reconocerte, tu estilo te delata. El Bécquer del s.XXI... .

    ResponderEliminar
  6. Uf, temo que el escribir porque temo sentirme indefenso. Temí su belleza de blanco barniz hasta que me atrapó en un indeseado rincón. Ahora, y aquí, me siento acorralado como una pieza de caza.Probablemente sea, querida amiga, porque tu belleza en verdad es afortunada. Cuando vea la luz, no abra bestias mirando al sol, sino puntiagudas barras de acero ensartadas en su corazón.
    De cocinas y fritangas ando parco. De bellezas amaestradas por el carmín y el talco, conocí, aun dudando, tras el triste linaje del llanto. Mas no puedo olvidar la simple hermosura de quien engendró en mí un amor que tardaré siglos en amansarlo.
    Sea la belleza, sea la cocina, dulce y risueña Isa, todo lo dominas con armonioso encanto.

    ResponderEliminar